Vínculos y Relaciones Interpersonales Conflictivas
Necesitamos vincularnos y relacionarnos con los demás para poder construir y desarrollar nuestra identidad. Vivimos en sociedad y resulta casi imposible pensarnos aislados de esta. Nuestra sociedad y la cultura nos preexisten. Es decir, que estas nos preceden y brindan herramientas que nos dan sentido y significación. No es lo mismo pertenecer a una cultura que a otra ni hablar un idioma u otro, por ejemplo.
La mirada y la aprobación del resto de las personas son muy significativas a la hora de valorarnos. Los vínculos y las relaciones nos ofrecen la posibilidad de conocernos a nosotros mismos, a los demás y de crecer a nivel emocional. El poder interactuar nos ayuda a adoptar y a mantener muchas veces, nuestros propios pensamientos, valores, creencias necesidades ante los otros. Vamos aprendiendo a ser más flexibles, a adaptarnos al contexto, a desarrollar nuestra autonomía personal, nuestra tolerancia, empatía e inteligencia emocional.
Es muy importante y saludable tener una red de apoyo social bien consolidada, ya que, actúa como un factor protector ante posibles dificultades, frustraciones, pérdidas, enfermedades.
¿Por qué se producen los conflictos en las relaciones?
Existen muchas causas por las que se nos hace difícil vincularnos y relacionarnos con los demás. Una de las causas que más suele estar presente tiene que ver, con el hecho de no saber tratar y gestionar las dificultades y conflictos de manera asertiva. Es decir, que a veces predomina una dinámica en el trato que mantenemos con la persona o personas que no es la más sana, adecuada y conveniente.
El encuentro de personas que pertenecen a realidades diferentes, con diversas percepciones, pensamientos, costumbres, valores, formas de ver la vida entre otras, no siempre pueden coincidir. La clave está en poder aprender a manejar y a gestionar las diferencias para desarrollar relaciones y vínculos, sólidos, constructivos y positivos.
En las relaciones vinculares surgen conflictos de intereses, desacuerdos, discusiones que son esperables. Cada persona tiene su propia percepción y forma de apreciar la realidad. A veces nos encerramos en nuestras costumbres, valores, creencias. Pensamos que son las únicas que valen y que el resto de las personas están equivocadas. Actuando de esta forma nos resultará muy difícil interactuar a nivel vincular. Resulta importante poder estar abiertos al diálogo, ser flexibles y actuar con inteligencia emocional para que nuestras relaciones lleguen a buen puerto.
En algunas ocasiones esta forma incorrecta de afrontar las dificultades y conflictos en las relaciones la traemos de nuestra niñez, de patrones de conductas, de dinámicas de relaciones aprendidos de nuestros adultos significativos. El ponerle palabras a todo aquello que nos molesta, enfada o simplemente necesitamos es fundamental para que la otra persona o personas comprendan lo que nos ocurre.
¿Qué consecuencias nos traen los conflictos?
Los problemas que se presentan en el ámbito de los vínculos y de las relaciones interpersonales no nos influyen ni afectan a todas las personas de la misma forma ni bajo la misma intensidad. Cada persona tiene estilos de afrontamientos diferentes y supera las dificultades de diferentes formas de acuerdo a la personalidad.
Cuando los problemas en las diversas interacciones con personas cercanas y significativas a nivel afectivo se tornan difíciles, podemos sentirnos angustiados, desanimados, deprimidos y en algunos casos sufrir de ataques de pánico.
Otras veces reaccionamos ante los inconvenientes producidos por las relaciones que no van del todo bien con ira, enfado, agresión, rencor. Es importante poder expresar estas emociones y no reprimirlas. Pero debemos saber que es aconsejable poder expresar nuestro malestar con personas que puedan comprendernos y ayudarnos. Estas personas pueden ser profesionales, familia con la que no tengamos dificultades, amigos, compañeros.
En otras ocasiones los conflictos en las relaciones vinculares generan culpa, reproches, emociones y pensamientos negativos, desesperanza, sentimientos de soledad, pérdida de la confianza. Muchas veces estos estados pueden hacer que nos cuestionemos nuestro valor como persona. Por eso es importante poder pedir ayuda. La terapia individual muchas veces es un espacio adecuado y saludable para tratar temas relativos a los vínculos y poder fortalecerlos en el mejor de los casos.
Ana Laura D´Agostino
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