El Tabaquismo y Sus Efectos Psicológicos Sobre Nuestra Salud Mental

La mayor parte de las personas que convivimos en esta sociedad conocemos los riesgos físicos que podemos sufrir al fumar. Sin embargo, las numerosas investigaciones acerca del tema muestran que el fumar también afecta nuestra la salud mental.

Existen diversos motivos por los cuales las personas fuman y son muy diferentes de acuerdo a la particularidad del fumador. Conocer y comprender por qué muchas personas consumen tabaco puede servir para ayudar a quienes desean dejar de fumar.

Algunas personas manifiestan que el fumar les sirve de compañía, les calma los nervios, la angustia y la ansiedad, que disfrutan en soledad, que apaga sus tristezas, que les permite pensar, tranquilizarse y reflexionar, entre otros motivos. Si bien cada uno y todos los motivos que las personas tienen para fumar son válidos, es importante aceptar que es enormemente perjudicial para la salud física y mental.

La adicción de fumar

¿Cómo es que los fumadores se vuelven dependientes de la nicotina? .

Los aspectos biológicos que intervienen en el fumar están vinculados al modo en que nuestro cerebro reacciona a la nicotina. Cada vez que la persona fuma, llega a su cerebro una dosis de nicotina en unos segundos. La nicotina produce mejoras en nuestro estado anímico, en nuestra concentración, en nuestros músculos, dado que los relaja, nuestro apetito disminuye, al igual que el estrés y la ira. Cuando el suministro de nicotina disminuye nuestro cuerpo sufre los síntomas de la abstinencia.

Fumar reduce temporalmente estos síntomas de abstinencia y puede reforzar el hábito de fumar. Este es el ciclo en el que la mayoría de las personas que fuman se vuelven dependientes de la nicotina.

Factores psicológicos y sociales favorecen la posibilidad de que los fumadores continúen haciéndolo. El tener una red social (amigos, conocidos, familiares) fumadora a veces predispone a las personas a fumar. Diversos factores asociados al consumo de drogas, alcohol, dificultades económicas, vínculos disfuncionales, entre otros, hacen que sea más probable que alguien se encuentre estresado.

Estrés y tabaquismo

El concepto de “autoadministración”, encierra la idea de que las personas fumadoras consumen tabaco dado que, el mismo les ayuda a aliviar los signos y síntomas del estrés. El estrés es parte de nuestra vida diaria. Este se manifiesta y nos afecta cuando no somos capaces de afrontar saludablemente la presión no deseada y las situaciones complejas de nuestra rutina cotidiana. Los efectos del estrés nos causan síntomas físicos y emocionales, como: dolores de cabeza, dificultad para respirar y relajarnos, nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, mal carácter, enfado, rabia, preocupación, desgano, tristeza, etc.

Estos sentimientos y sensaciones suelen alterar e influir en nuestro comportamiento y sentirnos estresados. A veces puede ocurrir que debido a esta situación se incremente en consumo de alcohol o el consumo de tabaco, como modo de evadirnos de una realidad complicada y difícil. El estrés a largo plazo estaría vinculado a la ansiedad y a la depresión.

Ansiedad y tabaquismo

Las investigaciones realizadas por los profesionales sobre el estrés y el tabaquismo indican que fumar aumenta la ansiedad y la tensión y no ayuda a las personas a relajarse como sienten y afirman los fumadores. Esta sensación de relajación inmediata es creada por la nicotina, quien alimenta la creencia y sensación de bienestar en los fumadores.

Pero la realidad es que esta sensación de relajación es temporal y rápidamente se expresan los síntomas de abstinencia y malestar generalizado en las personas que consumen tabaco.

Depresión y tabaquismo

Las personas que sufren de depresión presentan mayores dificultades cuando tratan de abandonar el tabaco. Tienen síntomas de abstinencias más severos que las personas fumadoras no depresivas.

La nicotina favorece la liberación de dopamina en el cerebro. Esta sustancia se encarga de desencadenar emociones, sentimientos y sensaciones positivas, haciendo que la persona sienta bienestar. La dopamina es baja en personas que padecen depresión. Por lo tanto, estas personas suelen fumar para que la presencia de dopamina aumente en el cuerpo.

Pero fumar favorece al cerebro a suspender su mecanismo para producir dopamina. A largo plazo la oferta y la presencia de dopamina en el cuerpo disminuye, provocando un aumento de la acción de fumar.

Sin beneficios…

No se evidencia ningún beneficio físico ni emocional a raíz de fumar. Por el contrario, a lo largo de los años los diversos estudios realizados afirman que el fumar conlleva tasas altísimas relacionadas a problemas de salud como cáncer de pulmón entre otros. Los pequeños beneficios que brinda el cigarrillo a corto plazo son superados por los desencadenantes y riesgos que esta adicción produce en la salud.

Ana Laura D´Agostino

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