¿Qué es la Enfermedad?

El concepto de enfermedad surge como un dolor, molestia o sufrimiento más o menos localizado. Todo aquello que se denomina dolencia o enfermedad es una construcción que se va armando en el curso del tiempo y dentro de una circunstancia precisa.

La dolencia constituye siempre un hecho histórico y es fruto de la interacción que las personas establecemos con el entorno que nos rodea.

Siguiendo la evolución del concepto de enfermedad se podría afirmar que en un comienzo la enfermedad consistía en un daño infligido por los dioses, los demonios o los brujos. La enfermedad también podría ser interpretada como una calamidad natural., es decir, como una sequía, tempestad, peste. Era también considerada como un castigo por haber contrariado a la voluntad tutelar. Podría ser entendida como producto de la envidia o la maldad de ciertos enemigos. Podría ser vista además como la simple determinación del destino.

La enfermedad era en todo caso, algo que venía de afuera, de un afuera impreciso, ya que el cuerpo ni siquiera era denominado con exactitud.

Con Hipócrates el concepto de enfermedad se humaniza. Surge de este modo la medicina como primera ciencia aplicada. Pero resulta evidente que gran parte de las enfermedades y sufrimientos humanos se resisten a la explicación causalista. El gran mérito de Freud fue precisamente haber advertido que algunas enfermedades mentales eran fruto de conflictos humanos y no de lesiones o disfunciones orgánicas. Desde la más remota antigüedad ya se había observado que las emociones y las contrariedades de la vida podrían generar trastornos de apariencia corporal.

Enfermedad física y enfermedad mental

La concepción de enfermedad en sus comienzos, fue difusa y centrada esencialmente en el cuerpo. Habían solo enfermedades y dolencias corporales.

En el siglo XVIII, siglo de las Luces con la ilustración, etapa conocida como Iluminista, aparecen la psiquiatría y las enfermedades mentales. A partir de este momento hay enfermedades físicas u orgánicas, de las que se ocupan los médicos, y otras, las nerviosas y mentales que se manifiestan de diversas formas, estrés, angustia, ansiedad, fobias, obsesiones, entre otras.

Se hace necesario poder comprender cómo se genera el trastorno mental. Éste probablemente se genera en la interacción entre el organismo humano y su medio, o quizás mejor aún, en la construcción de cada conciencia individual. La vida humana es una aventura que cada persona podemos protagonizar con éxito o desacierto, según nuestro propio estilo personal. En algunos casos, las adversidades son resueltas creativamente. En otros, las resoluciones erróneas y los contratiempos son de tal magnitud que el ser humano naufraga. Es cuando aparecen los síntomas.

Supuestamente los aciertos en este desarrollo argumental conducen a la salud y los errores a la enfermedad (mental).

¿Cuáles son las consecuencias?

Lo primero que se detona es la angustia. La angustia como sentimiento negativo, es un extraño desasociego interior, que desarma la armonía que caracteriza a una existencia positiva. La angustia implica una señal de alarma, avisa de la existencia de una crisis o un conflicto. Inmediatamente podrían surgir procesos como la depresión, constancia de un fracaso en nuestros proyectos. El afán de llegar a ser quien sostiene la vida humana se ve truncado. Surge entonces un miedo intenso, el temor a desvanecerse. Visto de este modo se podría considerar que el núcleo de toda patología se sustenta en un estado angustioso.

De esta base de angustia central partirían las configuraciones más diversas que presentan los síntomas. En un intento desesperado de huir para contrarrestar el sentimiento atroz que entrañan la angustia y la melancolía.

Nuestro organismo recurre a distintos mecanismos para defenderse (mecanismos defensivos). Pero los síntomas que siempre son efectos de y, al mismo tiempo, “defensa contra” el conflicto, pueden poner en acción y muy precozmente mecanismos que se alejan bastante de las crisis o los conflictos originales. De este modo suelen aparecer manifestaciones hipocondríacas, preocupaciones obsesivas acerca del estado y funcionamiento del propio cuerpo, como máscaras bastante aceptadas por la sociedad y de las que se ocupan especialmente los médicos.

La somatización (proceso en el que se convierten los trastornos psíquicos en síntomas orgánicos) al fijar en el cuerpo uno de los términos en contradicción, hace que desaparezcan la angustia y la melancolía. Esta somatización del cuerpo es una pieza clave para comprender la patología humana.

Ana Laura D´Agostino.

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