¿Qué es la Ansiedad y Cuáles son sus Causas?

Todas las personas hemos experimentado o sentido ansiedad en alguna oportunidad, pero muchas veces no tenemos claro qué es y cómo se produce. Es por este motivo que resulta muy importante conocer acerca del tema para poder identificar aquellas situaciones que se caracterizan por la presencia de ansiedad y poder de esta forma pedir ayuda gestionarla y afrontarla de forma saludable.

¿Cómo la definimos?

La ansiedad es un modo de reaccionar y de responder cuando estamos frente a alguna situación que nos resulta peligrosa o amenazante. Este tipo de respuestas son adaptativas, es decir, que las utilizamos para sobrevivir. De hecho, nos sirven y las implementamos para sobrellevar experiencias nuevas o desconocidas.

Frente a situaciones que evocan peligro, estrés o ansiedad, nuestro cuerpo y organismo se predisponen para la huída o la lucha. Este tipo de reacciones se producen por la ayuda de una estructura que se encuentra en nuestro cerebro: “la amígdala”.

Esta lucha o huída se traduce en diversos síntomas que experimentamos cuando se hace presente la ansiedad:.

  • Síntomas motores: vinculados a nuestros movimientos y conductas.
  • Síntomas cognitivos: relacionados con nuestros pensamientos.
  • Síntomas fisiológicos y emocionales: se refieren a las respuestas que se producen a nivel de nuestro cuerpo y esquema corporal.

La ansiedad responde a un estado emocional, es decir, que así como se produce también se va. Nuestro modo de actuar y de responder frente a la ansiedad dependerá en parte de su nivel de activación y puesta en marcha. Si esta emoción se activa a niveles elevados, se produce un “secuestro emocional” (Daniel Goleman), entonces prevalece el trabajo de nuestro cerebro emocional por sobre nuestro cerebro racional.

Este tipo de activaciones excesivas o elevadas se producen por diversos y variados factores. Entre ellos tienen una gran influencia el tipo de experiencias que hayamos experimentado con las causas o desencadenantes de dicha emoción. Por ejemplo: si de niños hemos experimentado miedo, rechazo o temor hacia las arañas porque nos las hemos encontrado de forma repentina o simplemente porque no nos agradan, posiblemente al ser adultos evitemos este tipo de encuentros con dichos arácnidos. Al encontrarnos con arañas se activarán los mecanismos de lucha y huída como una respuesta adaptativa y de mantenernos a salvo.

Entonces para poder afrontar y gestionar la ansiedad y nuestras emociones en general de un modo saludable, lo fundamental responderá a que la activación se encuentre dentro de un umbral adecuado: “ventana de tolerancia”. Las comunicaciones entre nuestros cerebro emocional y racional posibilitarán el generar respuestas adecuadas para cada situación nueva, desconocida o amenazante.

Causas de la ansiedad

La ansiedad, como hemos mencionado anteriormente, es una respuesta adaptativa que emite nuestro cuerpo ante diversas situaciones que nos evocan miedo, temor, desconocimiento, angustia, peligro o amenaza. La dificultad se presenta cuando se produce una respuesta por estímulos que no son amenazantes, pero que debido a nuestra experiencia de vida los vinculamos al peligro. Con experiencia de vida nos referimos a nuestras vivencias, modos de aprendizaje, experiencias previas, personalidad, tipo de sociedad y cultura a la que pertenecemos entre otros.

Los estímulos que provocan las reacciones suelen ser internos o externos. Los estímulos externos tienen que ver con eventos o sucesos que provienen de afuera, del entorno o contexto. Los estímulos internos proviene de nuestro mundo interno y pueden ser pensamiento anticipatorios, recuerdos, experiencias, aprendizajes.

Esta respuesta de lucha o huída a veces se produce ante la ausencia de un peligro o de una amenaza real. Esto conlleva un desgaste a nivel fisiológico y emocional. Nuestras reacciones y actos son ineficaces y nos encontramos sobrepasados o desbordados a nivel emocional. Es decir que, nuestra reacción es desproporcionada y no responde a la realidad que acontece sino a la subjetividad y al mundo interno de cada persona.

Sabemos que cierta dosis de ansiedad es saludable y fundamental porque nos moviliza hacia la acción, a modo de motor. Nos ayuda a concretar lo que deseamos y nuestros objetivos. Cuando el peligro, temor, miedo o amenaza no son reales, la respuesta de ansiedad adquiere tintes de no adaptativa y no proporcionada. Lo que no nos posibilitará el desenvolvernos de forma adecuada en nuestro día a día.

Es en estos casos en los que resulta conveniente pedir ayuda profesional. Cuando nuestras rutinas y nuestros días se ven teñidos, cubiertos y rígidos por este tipo de miedos sin que sean justificados por una amenaza real. Podríamos estar manifestando síntomas de un trastorno de ansiedad el cual puede ser tratado mediante una psicoterapia o terapia individual. Este tipo de terapias nos ayudarán a comprender el porqué de nuestras reacciones y nos posibilitarán el gestionar este tipo de miedos de una forma adecuada, sana y saludable.

Ana Laura D´Agostino.

Deja un comentario

Tu email no será publicado