La Tarea de Ser Padres: “Un Camino de Ida y un Lugar para Siempre”

Los modelos familiares y las formas de funcionamiento de las familias en general han afrontado gran cantidad de cambios en los últimos años. El acceso al complejo mercado laboral, las nuevas familias monoparentales (debido al aumento de separaciones, adopciones y madres solteras), la tecnología y nuestro nuevo estilo de vida, han modificado las relaciones y los vínculos entre padres e hijos.

Con el paso del tiempo vamos logrado un estilo de diálogo más comunicativo con nuestros hijos.Los padres intentamos atender a las necesidades de nuestros hijos y abrir y desarrollar espacios de escucha, diálogo, sostén y apoyo. El modelo autoritario en el cuál los padres mandaban y los hijos respondían va perdiendo eficacia. Estos avances no quieren decir que nuestros hijos deban crecer en ausencia de límites. Este modelo de diálogo y comunicación más cercano, nos ayuda a enseñarles valores, responsabilidades, constancia y educación teniendo en cuenta sus intereses, vivencias, miedos, inquietudes, dudas.

Algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de educar a nuestros hijos:

Cuidar y atender a las necesidades biológicas de nuestros niños

Es importante prestar cuidado físico y satisfacer las necesidades del niño: alimentación saludable, aire libre, naturaleza, horas de descanso y sueño adecuadas, tiempo de recreación, etc.

Brindar un contexto óptimo y saludable

Un entorno sano, seguro y productivo, en el que el menor se enriquezca mediante las enseñanzas y ejemplos de sus adultos cuidadores. Para un desarrollo adecuado, los niños necesitan en lo posible, un hogar bien constituido, caracterizado por una atmósfera comprensiva, tolerante y positiva. Es fundamental que los adultos, desde nuestro rol de padres, los ayudemos a adaptarse a los cambios y a aprender de ellos; generar oportunidades para explorar y experimentar en el entorno, rutina y hábitos constantes, etc.

Proteger a nuestros hijos

Explicar a nuestros hijos las diferencias entre lo correcto y lo incorrecto, mediante el ejemplo. Mediante los ejemplos nuestros hijos comprenden cuáles son los beneficios y los resultados de actuar de determinada forma y no de otra. A los niños les da seguridad la existencia de una coherencia, continuidad y consistencia en las rutinas diarias, y especialmente cuando hay una atmósfera de cariño, afecto y amor.

Enseñar y educar a nuestros hijos

Mediante la enseñanza y la educación, los menores van formando su carácter, modo de ser, personalidad, entre otros. Como padres debemos ser buenos observadores y contar con una visión general de los comportamientos, estados de ánimo y actividades de nuestros pequeños. Brindar un modelo de crianza saludable es la base para la educación de los niños. A través de un modelo de aprendizaje basado en los ejemplos, en el respeto, diálogo, responsabilidad, esfuerzo, sinceridad, afecto, nuestros hijos adquirirán las habilidades necesarias para crecer y convertirse en adultos autónomos y adaptados.

Proporcionar orientación, dirección, asistencia y ayuda

La escucha activa es uno de los pilares fundamentales en la crianza y educación de los hijos. Como padres debemos proporcionar orientación y asistencia en el proceso de desarrollo personal y crecimiento. Guiarlos en el progreso del desarrollo infantil sin hacer su trabajo (ayudarlos a sobrellevar la situación, pero no resolver sus problemas) es muy relevante. Darles una dirección y apoyo para tener éxito y para sentir que los protagonistas de sus esfuerzos y logros son ellos.

Como padres debemos ser un puente facilitador para que nuestros hijos sean independientes y logren gestionar y equilibrar sus necesidades. Desde los primeros años de vida de los pequeños, los padres nos encargamos de decidir lo mejor para ellos. En la adolescencia debemos proporcionarles la sabiduría para que ellos mismos puedan decidir de acuerdo a sus intereses. Alcanzar la autonomía, sin descuidarlos es un paso muy importante para un saludable desarrollo emocional, personal y social.

Apoyar y motivar

Alentar y motivar a los hijos los ayuda a confiar en ellos mismos y a lograr todo aquello que se propongan. Enseñarles que fallar también es una posibilidad sirve como modo de aprender de sus errores. El poder reparar les facilita afrontar las situaciones complejas y aprender de ellas.

Cuidar las habilidades socioemocionales

Fomentar el bienestar emocional del niño es una tarea muy importante. Los elogios, aliento, el ánimo, el reconocimiento, el diálogo, la atención y escucha afectuosa, ayudarán a desarrollar emociones saludables. Como padres debemos enseñar a los menores a expresar sus emociones, sentimientos, deseos, pensamientos, necesidades, miedos, inquietudes para desarrollar relaciones y vínculos saludables.

Disciplinar suavemente

Comprender a través de las acciones, actitudes y comportamiento del niño, que es lo que desea comunicar; debe existir un orden y un cierto nivel de disciplina en la familia. Las reglas, hábitos y normas de la familia deben ser respetados por todos los integrantes, haciendo posible una adecuada convivencia. Gestionar la disciplina está vinculado con adquirir técnicas efectivas de crianza.

Finalmente, como padres, siempre debemos velar por la seguridad y hacer lo mejor para nuestros hijos. Enseñar con el ejemplo es la base para evitar darle al niño mensajes incoherentes o dobles mensajes. Es decir, un modelo de enseñanza, caracterizado por límites sólidos y claros, para que el pequeño sepa que hacer. La orientación a padres y la terapia infantil realizada por profesionales en el tema, son herramientas muy útiles. Ellas nos brindan recursos y modelos de aprendizajes que podremos aplicar en la educación y crianza de nuestros hijos.

Ana Laura D´Agostino

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