El Suicidio y su Prevención

“Silenciar el suicidio no ayuda a prevenirlo”

Con el paso del tiempo el suicidio ha sido uno de los hechos más temidos por las sociedades en general. Dado que este aumenta desmedidamente y extiende su aparición a edades muy tempranas (pubertad-adolescencia) se hace imprescindible encontrar herramientas que posibiliten conocer y comprender la conducta suicida. Es fundamental determinar modos de acción que permitan detener esta conducta destructiva.

La comprensión del lenguaje simple y cotidiano que utilizan los potenciales suicidas, constituye un punto de partida para entender el drama que se instala en la mente suicida. El suicidio se apoya en el dolor psíquico intolerable. La fuente primaria de este dolor psíquico es la frustración de las necesidades psicológicas básicas.

Clasificación de las necesidades psicológicas básicas:

Schneidman un conocido investigador del suicidio, clasifica las necesidades psicológicas básicas en: .

Logro de objetivos.

Sentido de pertenencia.

Autodefensa.

Autonomía.

Ser amado.

Ser protegido y contenido.

Comprender el mundo circundante.

La más importante de las necesidades psicológicas básicas es la de ser amado (succorance). Esta necesidad tiene su origen en el deseo de confiar, ser contenido y congeniar con alguien.

Schneidman sostiene que el suicidio puede ser prevenido, ayudándole a la persona a cambiar la percepción de la situación que la rodea, redefiniendo aquello que es insoportable. Mostrándole al potencial suicida que existen otras formas posibles de ver y de posicionarse frente a las cosas.

Una de las claves más importantes está en pedir ayuda profesional. Hablar acerca del suicidio posibilita la contención de la persona, la apertura del diálogo, de la comunicación y la puesta en palabras de ese dolor psíquico intolerable. Redefinir lo imposible. Soportar lo insoportable. Dirigir la culpa y la vergüenza.

Características de la conducta suicida:

Es fundamental conocer y poder identificar las características comunes en todos los suicidios. Estas nos ayudarán a comprender más de cerca el proceder de la persona que comete el acto.

El propósito común del suicidio es buscar una solución.

El objetivo común en las personas suicidas es la cesación de la conciencia.

El estímulo común en las personas suicidas es el dolor psicológico insoportable.

El detonante común en los suicidios son las necesidades psicológicas frustradas o insatisfechas.

La emoción común en todos los suicidios es la desesperanza, el desamparo y la impotencia.

El estado cognitivo común en los suicidios es la ambivalencia.

El estado perceptual común en todos los suicidios es la constricción del pensamiento.

La acción común a todos los suicidios es el escape o huída.

La acción interpersonal común a todos los suicidios es la comunicación de la intención.

El patrón común a todos los suicidios es la coherencia de estilo permanente durante toda su vida. Predomina un estado de ánimo negativo.

Podemos concluir que la detección del mecanismo psíquico que se instala en la mente suicida, permite poseer herramientas válidas para el abordaje de esta severa patología. El conocimiento adquiere de este modo, un valor efectivo y eficaz para la prevención del suicidio.

Conocer de cerca el tema y hablar sobre el mismo, se convierte en una de las claves más importantes para comenzar a dilucidar el complejo mecanismo de la autodestrucción.

Mabel Ulloa.

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