¿Qué es el Síndrome de Peter Pan?
“El deseo de permanecer pequeños eternamente”
Las personas que presentan este síndrome tienen dificultades para renunciar a ser hijos y pasar a ser padres. En otras palabras, son personas que no han podido alcanzar la suficiente madurez emocional y autonomía personal como para desenvolverse de forma adulta en la vida.
“El hombre/niño que se resiste a crecer es incapaz de cuidar y proteger a nadie, así como de intercambiar papeles igualitariamente en el contexto de una pareja” Dan Kiley. Presentan un desfasaje entre la edad cronológica y la madurez afectiva.
A simple vista estas personas gozan de una muy buena calidad de vida, libre de estrés, emociones intensas y responsabilidades. Llegar a la edad adulta tiene que ver con reconocer nuestra libertad, tomar nuestras decisiones y disfrutar de todo aquello que deseamos.
El síndrome de Peter Pan, caracteriza, a los adultos que todavía tienen la mente de un niño. Existe un gran número de personas adultas que manifiestan comportamientos emocionalmente inmaduros. Este síndrome afecta a personas dependientes que han gozado de demasiada protección por sus familias y como consecuencia no han desarrollado las habilidades necesarias para afrontar la vida. Estas personas observan el mundo adulto y la realidad como demasiado complejos y problemáticos. Posicionan a la adolescencia como una época muy saludable, por lo que quieren permanecer en un estado de privilegio.
Síntomas
Los síntomas de esta afección incluyen: .
- Incapacidad de asumir responsabilidades o mantener las promesas.
- Marcada obsesión hacia la apariencia y el bienestar personal.
- Falta de confianza en uno mismo.
El paso o la transición a la edad adulta pueden ser muy costosos o desalentadores. Es importante ayudar a estas personas a través de la terapia individual a tomar sus propias decisiones por sí mismas. Enseñarles que equivocarse es parte del proceso de aprendizaje. El fracaso no es algo malo, y si se cometen errores, es para que podamos aprender de ellos para tener más éxito las próximas veces que emprendamos algo nuevo. Este enfoque más amable, flexible y adaptativo hará que la edad adulta sea una idea menos aterradora.
¿Cómo funcionan estas personas?
Suelen ser personas muy entusiastas, apasionadas, juveniles y muy atractivas. En algunas ocasiones pueden no ser buenas compañeras, debido a sus dificultades para funcionar como personas adultas.
La psicóloga de Jungian Marie Louise von Franz afirma que “las personas con este síndrome permanecen demasiado tiempo en la psicología adolescente y todas esas características que son normales en un joven de diecisiete o dieciocho años continúan en la vida posterior, en la mayoría de los casos con una gran dependencia de la madre «.
La tarea y el gran desafío a nivel emocional es crecer psicológicamente. Este crecimiento desencadena desesperanza, pérdida o desilusión, como un proceso de duelo. Tratar los temas referidos a los sentimientos en torno a este tipo de eventos ayudará a la persona a vincularse y a tomar contacto con sus heridas más profundas.
Humbelina Robles Ortega, profesora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada y experta en trastornos emocionales, advierte que “la sobreprotección de los padres puede llevar a los niños a desarrollar el síndrome de Peter Pan», dado que «generalmente afecta a personas dependientes» que han sido sobreprotegidos por sus familias y no han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentar la vida. «Los ‘Peter Pans’ de la sociedad actual ven el mundo adulto como muy problemático y glorifican la adolescencia, razón por la cual quieren permanecer en ese estado de privilegio».
Algunas características…
Estas personas suelen tener miedo a la soledad y al vacío emocional, por lo que hacen todo lo posible para rodearse de personas que puedan satisfacer sus necesidades. Presentan ansiedad al ser evaluadas por compañeros de trabajo o sus superiores, debido a que no toleran la crítica. A raíz de esto pueden tener dificultades de adaptación en el trabajo o en las relaciones personales.
El inconveniente o desventaja que presenta este trastorno ya sea en hombres o en mujeres, es que en ambos casos la persona no se siente como protagonista o como parte del problema. La medida más saludable que se debería tomar en estos casos como solución, es la adherencia a tratamiento psicológico centrado en el emergente, es decir, en la persona que manifiesta los síntomas, como así también en su familia y pareja si la tuviera.
Ana Laura D´Agostino
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