¿Cómo Redirigir Nuestros Pensamientos Negativos?
Todas las personas en algunos momentos de nuestras vidas tendemos a tener pensamientos negativos acerca del presente, del futuro, de nuestra rutina, de nuestra suerte, entre otras cosas. Este tipo de pensamientos es normal dado que, cuando las cosas no salen como queríamos nos frustramos, nos enfadamos y comenzamos a pensar en las consecuencias que tendremos por no haber logrado lo que tanto deseábamos.
Sin embargo cuando estos pensamientos negativos se vuelven rígidos y nos preocupan demasiado es cuando se hace necesario pedir ayuda. En estos casos el estrés, la ansiedad y la angustia nos advierten de que algo no va bien y es necesario atender a ello.
El miedo tiene un propósito específico: proteger. Este en determinadas situaciones puede dominar nuestros pensamientos. Es importante poder controlar el miedo cuando es excesivo porque de lo contrario podría conducir a circuitos de pensamiento negativos. Estos circuitos se reproducen sucesivamente quedando atrapados en la repetición.
Pensamientos inadecuados
Algunos ejemplos de pensamientos negativos son: .
- No soy bueno para nada de lo que haga.
- Tengo miedo de fallar y quedar en evidencia.
- Nunca tengo suficiente dinero y no puedo hacer lo que deseo.
- Nadie querrá juntarse conmigo por mi aspecto físico.
- No soy inteligente e interesante como el resto.
Sin la ayuda y la intervención de los profesionales adecuados, los circuitos repetidos de pensamientos negativos con el paso del tiempo se fortalecen y finalmente se crea un circuito en el cerebro, formando un hábito.
Este ciclo autodestructivo puede conducir a diversos grados de: .
En cualquiera de estos estados, sentiremos que siempre estaremos del mismo modo o peor. A veces podremos suponer ante tanto malestar que es un estado normal, lo que seguramente no es cierto.
¿Qué podemos hacer al respecto?
El cerebro humano es capaz de modificar este tipo de pensamientos y hacer que el cambio sea posible. Los estudios e investigaciones en neuroplasticidad , que es la capacidad del cerebro para formar y reorganizar conexiones sinápticas en respuesta al aprendizaje o experiencias, muestra que esta capacidad se extiende hasta la adultez tardía.
Eso significa que podemos entrenar nuestra mente para ser más positivos y eliminar pensamientos que no nos ayudan ni aportan beneficios. A medida que desarrollamos nuevos hábitos y nuevos modos de pensar estaremos reconectando el cerebro y creando nuevos circuitos.
¿Recuerdas todo el tiempo y la energía que utilizaste para formar los ciclos de pensamiento negativo? Esa misma energía y dedicación deben aplicarse para redirigir los patrones de pensamientos negativos hacia pensamientos que son más expansivos que limitantes.
En la base de este tipo de pensamientos se encuentra nuestra autoestima que seguramente se encontrará baja y un tanto dañada. La valoración que nosotros y los demás hacen de nuestra persona es relevante para nuestra valía. Pero también es verdad que depender exclusivamente de las opiniones de los demás sobre nosotros no es del todo bueno.
Algunas sugerencias para eliminar pensamientos negativos: .
- Tomar una acción positiva: ser conscientes del mecanismo de pensar negativamente es un modo de conocernos a nosotros mismos. Apenas se avecina el pensamiento negativo debemos identificarlo para que este no prolifere y desplazarlo. En este caso los pensamientos positivos deben excluir los pensamientos negativos. Para comenzar, podemos preguntarnos: «¿Cuáles son las cosas que personalmente me retroalimentan? ¿Quién me hace sentir acompañado en estos momentos? Debemos hacer planes que incorporen esa positividad a nuestra vida y con aquellas personas que puedan ayudarnos a modificar este tipo de circuitos.
- Diario de gratitud: el hecho de dejar por escrito los agradecimientos en nuestro presente y de nuestra rutina es un modo de impactar de forma positiva la visión del futuro.
- Rodearnos de relaciones positivas: alimentar vínculos y relaciones con personas que nos aporten armonía y positividad es un buen modo de comenzar. Las relaciones tóxicas y basadas en la queja no son buenas para nuestra salud mental.
- Llegar y conocer la raíz de la cuestión: tener en cuenta que siempre hay una razón por la que nos encontramos atrapados en el bucle de pensamiento negativo. No debemos ignorar y desconocer este hecho. Con ayuda profesional podremos llegar a la causa y a la raíz de nuestros pensamientos negativos. Es importante conocer el origen de nuestras dificultades para poder conocernos y adquirir recursos internos para afrontarlas de la forma más saludable.
Sin embargo tenemos la capacidad y el poder de cambiar el modo en que reaccionamos para superar los desafíos y resolver los problemas. Asumir y tomar una posición activa y participativa en la cuestión tiene que ver con empoderarnos para comenzar a actuar ante este tipo de circuitos. Adelante que somos los autores de nuestra propia historia.
- Trabajar nuestro sentido del humor: el humor enfocado hacia nuestro diálogo interno negativo es una buena herramienta. Poder reírnos de nuestros errores es un modo de hacer más amena la realidad. Perdonarnos y volver a comenzar tiene que ver con adaptarnos a las situaciones que se van presentando y poder tolerar la frustración.
- Ejercicio de redireccionamiento: reemplazar los bucles de pensamiento negativo con positivos requiere tiempo y práctica. Es probable que el cambio no ocurra repentinamente pero con ayuda profesional, dedicación y compromiso el cambio finalmente llegará.
No podemos arreglar lo que no conocemos y lo que no comprendemos. Un buen modo de empezar es observar nuestros patrones de pensamiento. Una vez que tengamos la conciencia y el conocimiento de lo que nos ocurre veremos las cosas de forma diferente.
Ana Laura D´Agostino.
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