Autonomía Personal
La autonomía es un objetivo que todas las personas deberíamos perseguir y poder concretar. Lograr y experimentar autonomía personal nos ayuda a ser cada vez más auténticos e independientes en nuestro pensar, sentir y actuar. Todas las personas tenemos determinadas creencias, ideas y valores a las que adherimos y las que nos acercan cada vez más al nivel deseado de autonomía.
Siempre necesitamos del afecto, del cariño y de la compañía de otras personas. Pero en determinadas ocasiones esta necesidad se vuelve rígida y comienza a afectarnos en nuestra vida diaria, en nuestros vínculos y en nuestro proceder. El hecho de poder valernos por nosotros mismos sin desarrollar un dependencia emocional desmedida hacia otras personas es un signo de una adecuada salud mental.
¿Qué es la Autonomía Personal?
La autonomía personal es la sensación interna que siente la persona de ser capaz de afrontar su propia vida, existencia y realidad. La persona posee recursos internos adecuados para gestionar y superar dificultades, obstáculos y frustraciones propias del vivir.
Las personas estamos determinadas por una estructura genética, por un estilo de educación, por unos valores, por unas condiciones de vida, por una realidad social que nos condiciona y en parte programa nuestras vidas. Al poder trabajar la autonomía personal la persona desarrolla sus capacidades con libertad e independencia. De esta manera logra dirigir su realidad y decidir de acuerdo a sus criterios, creencias, deseos y necesidades.
Elementos que Inhiben Nuestra Autonomía Personal
Entre los Factores Inhibidores encontramos:
De tipo individual o personal que tienen que ver con los modelos o patrones de comportamientos heredados y aprendidos que determinan la conducta de las personas.
afectividad: tiene que ver con la capacidad de dar amor a las otras personas y recibir afecto por parte de los demás. En determinadas circunstancias la afectividad puede ser posesiva en donde, tomo al otro como objeto de mi propiedad. La baja autoestima y la falta de seguridad podrían llevarnos a actuar de esta forma posesiva. Podemos ver afectividad posesiva en diversas relaciones como de padres hacia sus hijos, en relaciones de amistad, de pareja. Una persona autónoma es aquella que posee la habilidad de desenvolverse por sí misma sin la necesidad de apoderarse del otro para poder funcionar.
autoimagen: todas las personas tenemos una apreciación de nuestra imagen. A veces esta autoimagen se vuelve rígida y resulta un tanto difícil modificarla. Algunas personas para sentirse seguras de sí mismas tienen una autoimagen sobrevalorada. Otras personas tienen una autoimagen negativa. Lo saludable sería tener una autoimagen que no se desvíe de los patrones esperados, del equilibrio, que son sinónimos de salud mental.
prestigio: tiene que ver con la valoración que los demás tienen de nosotros, de acuerdo a un determinado accionar o comportamiento que desarrollamos. Ante la sociedad tener un buen prestigio es sinónimo de valoración, de aceptación y status social. Cuando nuestro proceder está determinado sólo por las valoraciones de los demás ahí se produce la inhibición de nuestra autonomía personal. Porque valemos en función de la valoración que el resto de las personas hacen de nosotros. Dependemos solamente de la mirada de los otros.
fanatismos: son ideas y creencias tan arraigadas a nuestro ser que se vuelven muy rígidas. Nos impiden ver otras realidades y conocer otros modos de ser y de actuar. El fanatismo afectivo no tiene consecuencias tan negativas como los fanatismos ideológicos. La persona fanática no acepta a los demás, pues está encerrada en sí misma.
ideas preestablecidas: son pautas de pensamiento que nos indican lo que debemos pensar y hacer. Esto nos limita a desarrollarnos de forma autónoma y a actuar y a pensar en función a aquello que adherimos y aquello con lo que nos identificamos.
prejuicios personales: son ideas y posiciones que las personas adoptamos en relación a un determinado tema, objeto, persona, proyecto, trabajo. Lo importante para poder desarrollarnos adecuadamente en sociedad es mantener nuestros juicios pero aprender a escuchar y a aceptar otros aunque sean contrarios a los nuestros.
De tipo colectivo influenciados por la sociedad que se relacionan con las exigencias y las presiones que la sociedad ejerce sobre las personas que viven en ella.
individualismo de la sociedad: actualmente nuestra sociedad se comporta de manera muy individualista. Es muy importante ser exitoso en el trabajo, ganar dinero, conseguir bienes materiales que hacen a la calidad de vida, entre otros. Si bien no es adecuado generalizar, el pensar solamente en uno mismo empobrece el mundo interno y emocional y externo, social de la persona.
El conocer estos factores inhibidores de la autonomía nos permiten trabajar sobre ellos para poder de esta forma afrontarlos, superarlos y gestionar cambios saludables en nuestra vida.
Ser una persona autónoma no quiere decir que no necesitemos del afecto, contención y compañía de otras personas. Ser autónomo tiene que ver con poder actuar y funcionar adecuadamente sin depender ni necesitar de otro que haga las cosas por mí. Este otro puede ayudarme, acompañarme en el proceso pero la autonomía es ser el protagonista de mis actividades y de mi vida en general.
Ana Laura D´Agostino
Deja un comentario